El Mercantil Valenciano, 19-II-08
La valencianidad del Curial e Güelfa ofrece cada día menos dudas. Así lo creen, al menos, los especialistas. El último experto en sumarse a esta teoría ha sido el catedrático de Filología de la Universitat Autònoma de Barcelona y director del Atles Lingüístic del Institut d´Estudis Catalans (IEC), Joan Veny (Campos, Mallorca, 1932).Alfons Garcia, Valencia
El prestigioso profesor presentó recientemente un estudio lingüístico en un congreso en la sede de la Universidad de Alicante en La Nucia en el que concluía el origen valenciano del texto que nos ha llegado del Curial. "Estoy convencido en un 99,9% de posibilidades de que la obra que nos ha llegado corresponde a un escribano valenciano", resumió a este diario.Su argumento es la frecuencia de aparición de grafías y términos característicos del habla valenciana. Veny ha profundizado en la línea sugerida por Antoni M. Badia i Margarit y reforzada después por otro romanista de prestigio, el valenciano Germà Colón.
El catedrático de la Universitat de València Antoni Ferrando ha sido quien ha realizado más aportaciones en los últimos años a esta tesis de la valencianidad del Curial. Ferrando, responsable de la última edición de la obra (la primera en 75 años), realizada por la firma francesa Anacharsis y presentada en la última Feria del Libro de Fráncfort -dio cuenta de ello Levante-EMV-, se fundamenta también en los usos lingüísticos peculiarmente valencianos detectables en la importante novela anónima.
El Curial e Güelfa es un libro de caballerías del siglo XV y está considerado una de las obras fundamentales de la literatura en lengua propia. No obstante, está rodeado de enigmas, dado que no se conoció el manuscrito hasta principios del siglo XX (la primera edición, de Rubió i Lluch, es de 1901). Ello ha dado pie a que algún autor haya puesto en duda su autenticidad y haya considerado que era obra del erudito Manuel Milá i Fontanals. Esta teoría, sin embargo, no ha logrado crédito entre los especialistas. El origen de la novela ha planteado, no obstante, diferencias entre los estudiosos, debido principalmente a que -a diferencia de otras lenguas- el catalán no planteaba notables divergencias dialectales en el siglo XV. Pese a todo, en los últimos años ha tomado fuerza la corriente teórica que atribuye la obra a una mano valenciana. La profundización en los análisis lingüísticos -antes tuvieron prioridad los literarios y culturales- ha llevado a este estado de la situación. En los últimos meses se han realizado dos congresos sobre la obra en Santander y La Nucia. Una de las participaciones más relevantes, debido a su prestigio, ha sido la de Joan Veny, quien tras estudiar el Curial para su ponencia ha ratificado la tesis de su valencianidad.
El lingüista ha elaborado 22 mapas de rasgos fonéticos y léxicos que le "invitan" a sostener el citado criterio, sobre el cual su "olfato dialectológico" ya le había alertado hace más de 40 años, cuando realizó su tesis doctoral. Uno de los datos que subraya Veny es que en el texto que nos ha llegado del Curial e Güelfa la e gráfica átona corresponde a una e fónica (temple, colze), como ocurre en el habla valenciana. En cambio, en los dialectos orientales del catalán se observa una confusión entre e y a que con frecuencia se traslada a los escritos.Otros usos léxicos por los que el filólogo defiende la valencianidad de la novela es la preferencia por formas como oroneta frente a oreneta, acurtar frente a acurçar, juí frente a judici, o aplegar frente a arribar. Son sólo algunos ejemplos. Se trata, en definitiva, de una cuestión "numérica", de "acumulación de formas", argumenta. "Puede aparecer alguna expresión del catalán oriental, pero no continuidad ni con la intensidad" con la que se detectan las valencianas.
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